"... ¿Os desvelo el gran secreto de Kiongwani?
Aquí hemos venido a curarnos. TODOS volveremos a casa más sanos de lo que vinimos.
Hemos aparcado la codicia, la ambición, el egoísmo, la comodidad, el acostumbramiento.
Hemos roto nuestra burbuja, hemos salido de nuestro lugar de confort. Nos hemos
encontrado con otros medios, con otra gente y con la necesidad de reinventarnos Y estar a la altura de las circunstancias.
¿Lo mejor? ¡Nos hemos encontrado con nosotros mismos! Kiongwani nos ha hecho mejores.
Bienvenidos a Nuestra nueva vida. Creo que
estaremos de acuerdo en que hemos recuperado parte de nuestra infancia. Nuestro
juego en equipo en el basket y en el fútbol, hasta en el pingpong nos hemos descubierto
a nosotros mismos riendo y disfrutando del momento. Es difícil de explicar cómo
aquí, a miles de kilómetros de casa, hemos encontrado el amor y el cariño que a
veces es difícil ver en nuestro entorno. El amor más sencillo. Nos pasamos la vida
pensando ¿qué Es el amor? ¿Qué es lo que
siento? Pues bien, en Kiongwani hemos aprendido que el amor humano no se puede planear,
es tan fácil amar a un niño que con una caricia se puede conseguir la sonrisa más
auténtica. Podemos hablar del amor como la importancia del bienestar del otro, nada
más y nada menos, el amor como bienestar que invade el cuerpo y el alma, y que se
afianza cuando puedo ver al otro sin querer cambiarlo. Los humanos estamos unidos
por algo intrínseco a nuestro ser, somos hermanos y nada hay más infinito que el
amor al prójimo. Es ley de la manda, TODOS cuidan de TODOS. Y eso es lo que vamos
a hacer, porque ahora sabemos que además se nos da bien...."
Voluntarios 2015
|